El Aeropuerto Nacional de Madrid se abrió al tráfico aéreo el 22 de abril de 1931, pero las operaciones comerciales no se inician hasta finales de 1933.
Para construir el gran aeropuerto que sustituiría a los de Getafe y Carabanchel se seleccionó un páramo yermo de unas 500 fanegas junto al entonces municipio de Barajas, hoy distrito de la ciudad de Madrid, por su buena comunicación con la capital a través de la carretera de Francia.
En el campo de vuelos, de terreno natural, un gran círculo blanco con el nombre de Madrid en su interior sirve como guía a los pilotos.
El 15 de mayo de 1933 tomaba tierra un trimotor Fokker VII/3M con el que Madrid-Barajas se abría por vez primera al tráfico civil comercial. Las primeras líneas regulares de LAPE –compañía que más tarde se convertiría en Iberia– tendrían por destino Barcelona y Sevilla. En este año, con el teniente coronel Jacobo de Armijo y Fernández de Alarcón como primer director, se operaron 378 vuelos que transportaron a 2.873 pasajeros.
Pronto, las necesidades de las nuevas aeronaves obligan al aeropuerto a realizar reformas sucesivas, la primera de las cuales es la construcción de la primera pista pavimentada en 1944, con una longitud de 1.400 metros.
En los 50, medio millón de pasajeros al año
A mediados de los años cincuenta, por Barajas pasaban medio millón de pasajeros anuales. El aeropuerto sigue creciendo y se adapta a las nuevas necesidades. En 1954 se acomete la construcción de un nuevo terminal, lo que se conocerá en el futuro como el Terminal Nacional, hoy Terminal T2. El terminal de pasajeros se verá completado con un terminal de carga y con estacionamientos de aviones cargueros.
En 1965, Barajas pasa a llamarse Aeropuerto de Madrid - Barajas.
Los Jumbos "aterrizan" en los 70
En el decenio de los setenta, que comenzó con la llegada de los Jumbos, el tráfico se duplica ampliamente hasta rebasar los cuatro millones de pasajeros al año. En 1971 se inicia la construcción de un nuevo terminal de pasajeros dedicado exclusivamente al tráfico internacional, hoy conocido como Terminal T-1.
Una ampliación necesaria
En el año 2000, para aumentar la capacidad del aeropuerto hasta los 70 millones de pasajeros al año, se impulsa el denominado Plan Barajas, se inicia la construcción de la Tercera Pista y de la nueva Torre de Control. La ampliación del Aeropuerto pasa además por la construcción de dos nuevas pistas, que son paralelas a las actuales, de forma que todas ellas pueden estar plena y continuamente operativas.
Este proyecto culmina el 4 de febrero de 2006 con la puesta en marcha de una nueva área terminal, que incluye la actual T4 y su edificio satélite, el T4S, con más de 750.000 m² y capacidad para 35 millones de pasajeros al año y dos pistas, con una capacidad para 120 vuelos por hora, lo que refuerza la importancia del aeropuerto como hub mundial.
El 24 de marzo de 2014 se cambió la denominación oficial del aeropuerto a Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Si desea más información, puede adquirir las obras de Luis Utrilla y otros, Historia de los aeropuertos de Madrid (I) e Historia de los aeropuertos de Madrid (II).