Santander celebró su primer festival aéreo en 1910. El terreno empleado como campo de aviación –situado al oeste de la zona de La Albericia– dio origen poco a poco al primer aeródromo de la ciudad: en 1912, se instalaron dos hangares y se apisonó el campo de vuelo; en 1913, se creó el Aeroclub Santanderino; se instauraron las Semanas Aeronáuticas...
Años después, durante algunos meses de 1921, Santander estuvo unida por vía aérea con Bilbao y Bayona mediante la Red de Hidroaviones del Cantábrico de la Compañía Franco Bilbaína de Transportes Aeronáuticos. Para permitir estas operaciones, se habilitó la bahía de Santander para la hidroaviación con carácter aduanero.
El aeródromo de La Albericia seguía con su actividad pero hubo de compartirla, durante 1936 y 1937, con un nuevo aeródromo llamado Pontejos o Rubayo, creado al este de la bahía. Tras la guerra civil, La Albericia comparte el escaso tráfico civil con la base militar allí instalada.
En 1948, se abrió oficialmente al tráfico aéreo civil nacional e internacional de turismo y escalas técnicas comerciales. En julio de 1950, la compañía Iberia inauguró la línea aérea con Madrid.
Sin embargo, debido a las limitaciones de La Albericia, desde 1945 se venía pensando en construir un nuevo aeropuerto. Tras diversos estudios, se eligió como ubicación unos terrenos en Parayas, en el término municipal de Maliaño, a cuatro kilómetros al sur de la ciudad, al fondo de la bahía junto a las marismas de Raos.
Aeropuerto de Parayas
El nuevo aeropuerto se inauguró el 25 de septiembre de 1953 y, este mismo día, ce cerró definitivamente La Albericia. Contaba Parayas con una pista afirmada de 1150 metros de longitud por 70 metros de anchura, un reducido edificio terminal, oficinas del aeropuerto, aduana y torre de control.
En diciembre de 1959, la marea rompió el muro de contención que cerraba las marismas y las aguas del Cantábrico inundaron las pistas y las dependencias del aeropuerto. El recinto aeroportuario sufrió gravísimos daños. Durante los años siguientes, hubo que construir un nuevo dique capaz de aguantar las embestidas del mar.
En 1965, Parayas pasó a denominarse oficialmente Aeropuerto de Santander y, en 1967, se instaló un destacamento del Servicio Aéreo de Rescate.
Pero el aeropuerto volvía a quedarse pequeño y, en 1973, se decidió llevar a cabo una importante remodelación. La pista se amplió a 2400 metros de longitud y se procedió a la construcción de un nuevo edificio terminal, un centro de emisores, un edificio contra incendios, una central eléctrica y una nueva torre de control. Las obras se completaron en 1976 con el balizamiento de la pista, la iluminación de la plataforma de estacionamiento, un hangar para helicópteros, la estación depuradora de aguas y la instalación de un radiofaro de OM. El remozado aeropuerto se reinauguró el 8 de agosto de 1977.
El 16 de abril de 2015 el BOE publica el cambio de denominación del aeropuerto, que pasa a denominarse Seve Ballesteros-Santander, en memoria del más relevante e insigne deportista internacional cántabro.